La importancia de la ergonomía
En el ámbito que nos ocupa, la ergonomía se centra en dos áreas fundamentales, la del producto, orientada a diseñar los equipos de acuerdo al uso que se va a hacer de ellos, y la llamada ergonomía del trabajo, enfocada en adaptar las condiciones de trabajo para conseguir una mayor productividad, asociada siempre a un trabajo más confortable y una mayor satisfacción personal, salud y seguridad. El trabajo prolongado frente al ordenador puede ser causa de molestias, provocadas por la adopción de posturas incorrectas a lo largo de la jornada. Si hablamos además de equipos portátiles, el tema se agrava, puesto que no están en principio pensados para un uso continuado. Aunque se utilicen sobre una mesa, su mismo diseño (poco ergonómico, se priorizan otras cosas) hace que sea fácil acabar teniendo molestias de uno u otro tipo. Tanto si hablamos de portátiles como si lo hacemos de sobremesas, no tomar medidas para corregir estos malos hábitos puede conducir a que estas molestias se conviertan en verdaderos problemas, provocando incluso lesiones bastante graves y difíciles de tratar, siendo algunas de las más frecuentes las conocidas como LER (lesiones por esfuerzo repetitivo). Pero sin llegar a ellas, molestias habituales en cuello, hombros, espalda y antebrazos, pueden hacer que las tareas más habituales se conviertan en una tortura, mermando nuestra productividad y la calidad de nuestro trabajo.
Es importante introducir en nuestra rutina diaria una serie de buenas prácticas, que nos permitirán reducir la intensidad de las molestias que sufrimos o incluso evitarlas. Podemos actuar en dos ámbitos, nuestro puesto de trabajo y una adecuada gestión del tiempo que pasamos en él.
El puesto de trabajo
La ilustración que encabeza el post es bastante explicativa. Representa la postura ideal que debemos mantener al trabajar con ordenadores. La altura de la mesa, de la silla, postura de pies, hombros, espalda y antebrazos, todo influye en cómo nos vayamos a sentir al terminar el día, es importante cuidar la distribución del puesto de trabajo. Otros aspectos a tener en cuenta son la iluminación del lugar dónde trabajamos (luz natural, evitar deslumbramientos y reflejos en la pantalla) y la distancia y altura del monitor (a la altura de los ojos y a no más de 55 cm del borde de la mesa).
Distribución del tiempo y actividades físicas
· Pausas en el trabajo: aunque nuestra jornada pueda durar ocho o diez horas, debemos evitar en lo posible permanecer mucho tiempo tecleando sin parar o mirando el monitor. Hay que cambiar de postura y relajar el cuerpo cada cierto tiempo. Cada dos horas, efectuar pausas de 10 minutos, y cada media, una micro-pausa de 15 ó 20 segundos. Estas micro-pausas, son fundamentales. Aunque parezca muy poco tiempo, combinadas con pausas más largas nos ayudarán a terminar el día en mejores condiciones que si no las efectuamos.
· Ejercicios de estiramiento: no no estamos en Japón, pero realizar unos ejercicios sencillos durante las pausas ayuda a estirar las partes de nuestro cuerpo que se ven más perjudicadas por este tipo de trabajo. No nos llevará más de cinco minutos y se pueden realizar sin levantarse de la silla. Con ellos trabajamos espalda, antebrazos y cuello.
· Antebrazos: estiramos el brazo y flexionamos la muñeca ayudándonos de la otra mano, durante 20 segundos en ambos brazos.
· Cuello: dejando brazos y hombros relajados (apoyados los brazos o colgando), inclinamos la cabeza hacia un lado hasta que notemos que se estira el lado contrario. 20 segundos cada lado.
Si sois usuarios de portátiles y no disponéis de un lugar fijo de trabajo, las recomendaciones en cuanto al puesto os serán de poca utilidad. Ni el lugar ni la postura que se puede adoptar suelen ser los adecuados. En las próximas entradas nos centraremos en que herramientas de software y accesorios de hardware pueden resultar de utilidad para paliar en lo posible estas deficiencias y conseguir alcanzar unos niveles de confort aceptables durante el desarrollo de vuestra actividad.
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